Capítulo 20

DE LA LIBERTAD CRISTIANA Y DE LA LIBERTAD DE CONCIENCIA

20.1– La libertad que Cristo ha comprado para los creyentes, que están bajo la autoridad del evangelio, consiste en su libertad de la culpa del pecado, de la ira condenatoria de Dios, y de la maldición de la ley moral;1 y en ser librados de este presente siglo malo, de la servidumbre de Satanás y del dominio del pecado;2 del mal de la aflicciones, del aguijón de la muerte, de la victoria del sepulcro y de la condenación eterna;3 e igualmente consiste en su libre acceso a Dios,4 y en rendirle obediencia, no por temor servil, sino con un amor filial y con una mente sometida.5 Todo esto era común también a los creyentes que estaban sometidos a la ley;6 sin embargo, en el Nuevo Testamento la libertad de los cristianos se ensancha mucho más porque están libres del yugo de la ley ceremonial a que estaba sujeta la iglesia judaica,7 y tienen ahora mayor confianza para acercarse al trono de la gracia,8 y mayores participaciones del libre Espíritu de Dios, que las que tuvieron los creyentes que estaban bajo la ley.9

  1. Tito 2:14; 1 Tesalonicenses 1:10; Gálatas 3:13
  2. Gálatas 1:4; Hechos 26:18; Colosenses 1:13; Romanos 6:14
  3. Salmo 119:71; I Corintios 15:54-57; Romanos 8:1, 28
  4. Romanos 5:1-12
  5. Romanos 8:14-15; 1 Juan 4:18
  6. Gálatas 3:9, 14
  7. Gálatas 4:1-3, 6-7; 5:1; Hechos 15:10-11
  8. Hebreos 4:14, 16; 10:19-22
  9. Juan 7:38-39; II Corintios 3:13, 17-18

20.2– Sólo Dios es el Señor de la conciencia,10 y la ha dejado libre de los mandamientos y doctrinas de hombres que sean en alguna forma contrarios a Su Palabra, o estén al margen de ella en asuntos de fe o de adoración.11 Así que creer tales doctrinas u obedecer tales mandamientos por causa de la conciencia, es traicionar la verdadera libertad de conciencia;12 y el requerir una fe implícita, y una obediencia ciega y absoluta, es destruir la libertad de conciencia y también la razón.13

  1. Santiago 4:12; Romanos 14:4
  2. Hechos 4:19; 5:29; 1 Corintios 7:23; Mateo 23:8-10; 2 Corintios 1:24; Mateo 15:9
  3. Colosenses 2:20, 22-23; Gálatas 1:10; 2:4-5; 5:1
  4. Romanos 10:17; 14:23; Isaías 8:20; Hechos 17:11; Juan 4:22; Oseas 5:11; Apocalipsis 13:12, 16-17; Jeremías 8:9

20.3– Aquellos que bajo pretexto de la libertad cristiana practican algún pecado o abrigan alguna concupiscencia, destruyen por esto el propósito de la libertad cristiana, que consiste en que siendo librados de las manos de nuestros enemigos, podamos servir al Señor sin temor, en santidad y justicia delante de Él, todos los días de nuestra vida.14

  1. Gálatas 5:13; I Pedro 2:16; II Pedro 2:19; Juan 8:34; Lucas 1:74-75

20.4– Y puesto que los poderes que Dios ha ordenado y la libertad que Cristo ha comprado, no han sido destinados por Dios para destruirse, sino para preservarse y sostenerse mutuamente uno al otro, los que bajo pretexto de la libertad cristiana quieran oponerse a cualquier poder legal, o a su lícito ejercicio, sea civil o eclesiástico, resisten a la ordenanza de Dios.15 A quienes publican tales opiniones, o mantienen tales prácticas, que son contrarias a la luz de la naturaleza, o a los principios conocidos del cristianismo, ya sea que se refieran a la fe, a la adoración, o a la conducta, o al poder de la santidad, o a tales opiniones o prácticas erróneas, ya sea en su propia naturaleza o en la manera en que las publican o las sostienen, y son destructivas para la paz eterna y el orden que Cristo ha establecido en la iglesia, se les puede llamar legalmente a cuentas16 y se les puede procesar por las censuras de la iglesia.17

  1. Mateo 12:25; 1 Pedro 2:13-14, 16; Romanos 13:1-8; Hebreos 13:17
  2. Romanos 1:32; 1 Corintios 5:1, 5, 11, 13; 2 Juan 10-11; 2 Tesalonicenses 3:14; 1 Timoteo 6:3-5; Tito 1:10- 11, 13, y 3:10 con Mateo 18:15-17; 1 Timoteo 1:19-20; Apocalipsis 2:2, 14-15, 20; 3:9
  3. Deuteronomio 13:6-11; Romanos 13:3-4; 2 Juan 10-11; Esdras 7:23, 25-28; Apocalipsis 17:12, 16-17;  Nehemías 13:15, 17, 21-22, 25, 30; 2 Reyes 23:5-6, 9, 20-21; 2 Crónicas 34:33; 15:12-13, 16; Daniel 3:29; 1 Timoteo 2:2; Isaías 49:23; Zacarías 13:2-3